domingo, 13 de junio de 2010

Fracaso la guerra de el gobierno mexicano contra el narcotráfico: César Gaviria




Martes, 20 de Abril de 2010
Por: Guadalupe Rosas Suárez


Al mostrar un Estado Mexicano débil, que por la falta de acuerdos y reformas se ha rezagado en lo político, económico y social, aún por debajo de otros países latinos, César Gaviria Trujillo, ex presidente de Colombia, calificó de fracaso la guerra que el gobierno mexicano contra el narcotráfico, pues representa un sacrificio gigantesco, para una política fallida.

Al impartir la Conferencia Magistral “Visión de País”, como parte del Eje Político de los foros de reflexión “Compromiso por México”, puso en la mesa el principal reto que tiene nuestro país: el crecimiento del narcotráfico, al cual se le ha enfrentado sin tener la preparación suficiente para hacerlo.

Desde su óptica, fue buena la decisión del presidente Calderón, pero mala la ejecución, de ahí que el proceso para recuperar la seguridad está siendo muy largo y doloroso, lo cual obliga al Ejecutivo a modificar la estrategia, incluso a elevar al rango de política exterior, el problema del narcotráfico.

“México tiene en el narcotráfico un problema muy grande, tal vez el principal desafío que tiene en estos momentos y es un problema que tiene que plantear a su política exterior; ser capaz de hablarle duro a los europeos, a los gringos; pero si no entiende el problema y no se involucra en él va a seguir encerrado”.

No obstante, en la mayor parte de su disertación planteó la necesidad de abandonar la complacencia, porque eso es lo que no permite avanzar, además de que necesitamos más autocrítica y mirar el discurrir de México a la luz de las distintas globalizaciones.

Para el ex secretario de la Organización de Estados Americanos, el principal problema de México es la “sobresimplificación”, pues queremos encontrar soluciones sencillas para grandes problemas, además creemos que todo se reduce a la política económica, cuando no todo se enrosca en la desigualdad, hay otros factores que urge atender, como es el propio fortalecimiento del Estado Mexicano.

Para ello, es importante tomar en consideración que la globalización ha provocado el debilitamiento del Estado, pues lo ha deteriorado desde el punto de vista fiscal y económico.

Tan es así, que por la volatilidad de los capitales, tenemos ya 30 años de crisis, pues México nunca volvió a crecer.

Mientras que los países de América Latina, incluso, los mal gobernados, estaban creciendo en promedio a una tasa de 5 ó 6 por ciento, México estaba creciendo, al .8, al 1.4 y al 3 por ciento, cuando nos fue bien.

“Hay un problema que no tienen los demás países de América Latina, México se demoró para empezar a crecer, empezó a hacerlo hasta el 2005, a tasas de 4 ó 5 por ciento”.

Ante ello, dijo que es importante cuestionarnos, por qué no se crece mejor, y no es porque exista un problema económico, sino político.

El problema ha sido creer que las soluciones son económicas, eso es un error, no se puede apostar todo a la economía, sino también lograr los acuerdos para crecer en lo político.

De igual forma, consideró fundamental no buscar soluciones en el pasado, ni mucho menos, buscar “chivos expiatorios”, cuando México no los necesita, se debe partir de una visión de país- “Aquí siempre se buscan chivos expiatorios, se culpa al presidente, se culpa al partido, pero no se buscan acuerdos y no se avanza, de ahí que el problema no es lo que se ha hecho, sino lo que no se ha hecho”.

En ese tenor, sostuvo que para conformar una visión de país, México tiene que recurrir a la autocrítica y analizar por qué no crecido y ver qué es lo que está fallando, porque ese no es un problema económico sino un problema político, toda vez que este país no se puede dar el lujo de no estar creciendo y creciendo mal.

Aunado a ello, se debe revisar la actuación del Estado y sacar mayor provecho de los tratados internacionales de comercio, pero sobre todo abrir los espacios políticos a las reformas que la nación requiere en materia educativa, laboral, energética y en otros rubros que propicien su crecimiento con una férrea defensa del Estado de Derecho.

No obstante, indicó que lo más importante es que los actores políticos deben ponerse de acuerdo e ir más allá de cuestiones ideológicas para adecuar las leyes al momento que está viviendo.

Y una de los aspectos prioritarios, es lograr un crecimiento en materia energética, pues México no perdería su independencia si, como en el caso de Brasil, se asocia con empresas extrajeras para la exploración en aguas profundas.